Déjame sueltas las manos

Poema de  Pablo Neruda



Déjame  sueltas las manos
y el corazón, ¡déjame libre!
Deja que mis dedos corran
por los caminos de tu cuerpo.
La pasión es sangre, fuego, besos
Y me incendia a llamaradas trémulas.
¡Ay, tú no sabes lo que es esto!

Es la tempestad de mis sentidos
doblegando la selva sensible de mis nervios.
¡Es la carne que grita con sus ardientes lenguas!
¡Es el incendio!
Y estás aquí, mujer, como un madero intacto
ahora que vuela toda mi vida hecha cenizas,
hacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros.

Déjame libre las manos
y el corazón, ¡déjame libre!
¡Yo sólo te deseo, yo sólo te deseo!
No es amor, es deseo que se agota y se extingue,
es precipitación de furias,
acercamiento de lo imposible,
pero estás tú,
estás para dármelo todo,
y a darme lo que tienes a la tierra viniste
como yo para contenerte,
y desearte,
y recibirte.

                       Vídeo/poema: Sed de ti 



           

     El camino compartido es mas llevadero.

 Compartir la vida con alguien es caminar juntos, no es tratar de dirigir sus pasos, ni que piensen igual en ciertos temas. Cada persona tiene su libertad, su manera de ver la vida por lo experimentado en el pasado y eso nadie lo puede cambiar por un capricho. Todos tenemos el derecho de caminar cantando, bailando, entre risas y palabras amables,  así el viaje será más llevadero y serás un buen compañero de viaje.


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