Poema de Francisco de Quevedo
Cerrar
podrá mis ojos la postrera
sombra
que me llevare el blanco día,
y podrá
desatar esta alma mía
hora a
su afán ansioso lisonjera;
mas no,
de otra parte, en la ribera,
dejará
la memoria, en donde ardía:
nadar
sabe mi llama la agua fría,
y
perder el respeto a ley severa.
Alma a
quien todo un dios prisión ha sido,
venas
que humor a tanto fuego han dado,
médulas
que han gloriosamente ardido,
su
cuerpo dejará, no su cuidado;
serán
ceniza, mas tendrá sentido;
polvo
serán, más polvo enamorado.
Tu mente no debe ser como un estanque, debe ser como un arroyo, así se lleva lo que daña.
Para los judios dejar una piedra en la tumba significa: sigues vivo en mi corazón. El origen de la palabra recuerdo viene del latín “ recordari” que significa la posibilidad de un pensamiento pueda "volver a pasar por el corazón"( re: volver, cordis : corazón). Por ello nuestros seres queridos siempre están en nuestra mente y a veces se dan un paseo por nuestro corazón, el centro figurado de nuestras emociones y volvemos a sentirlos cerca, no debe ser un momento triste, tómalo como un bonito sueño estando despierto.
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