De Antonio Machado
Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!
Video: Una noche de verano
El verdadero amor no muere
La muerte de un ser amado es una de las experiencias más dolorosas que puede enfrentar un ser humano. Este dolor es un testimonio del amor compartido y, a su vez, puede actuar como un catalizador para un entendimiento más profundo del amor.
El amor trasciende la muerte a través del recuerdo, el legado y las conexiones que perduran más allá de la vida física. Las historias, hijos, obras de arte, y las huellas que dejamos en los demás son formas en que el amor combate el olvido.
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