De Antonio Machado
Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos!
Video: Una noche de verano
El verdadero amor no muere
La felicidad esta en la buena compañía, esto le agrega calor a un hogar,
da alegría a un viaje y disfrute una mesa con una animadora charla.
Un nido de amor y un descanso para el alma,
es compartir la vida bajo el paragua del amor.
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