Julián Marchena
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Quiero vivir la vida aventurera
de los errantes pájaros marinos;
no tener, para ir a otra ribera,
la prosaica visión de los caminos.
Poder volar cuando la tarde muera
entre fugaces lampos ambarinos,
y oponer a los raudos torbellinos
el ala fuerte y la mirada fiera.
Huir de todo lo que sea humano;
embriagarme de azul… Ser soberano
de dos inmensidades: mar y cielo;
y cuando sienta el corazón cansado
morir sobre un peñón abandonado
con las alas abiertas para el vuelo.
Video: Vuelo supremo
Volar lejos, donde el cielo besa el ancho mar.
A nivel físico, volar lejos puede significar viajar, explorar lugares lejanos o simplemente alcanzar la altura en el cielo. Pero, a nivel metafórico, "volar lejos" habla de liberarse de ataduras, de las expectativas sociales, de las limitaciones personales o de situaciones opresivas. Es la aspiración de la autonomía y de la expansión del espíritu.
Sin embargo, volar lejos no está exento de desafíos. La libertad tiene su costo; implica riesgos, la posibilidad de perderse, de enfrentar lo desconocido. También requiere de valentía para dejar atrás lo conocido, lo seguro. En este sentido, volar lejos es una decisión consciente de enfrentar el vacío, de ser propio navegante en la inmensidad del cielo.
Qué bello y fuerte poema...
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